Aprendiendo las posturas de hatha yoga.PARSVOTTANASANA.

Parsvottanasana

Postura del estiramiento lateral.

Esta asana estira fuertemente las piernas y el costado. Prepara y a la vez complementa virabhadrasana I.

 

Ejecución:

Desde tadasana o postura de la montaña saltamos para separar las piernas y colocar los brazos en cruz.
Metemos el talón del pie derecho hacia adentro 45º y sacamos hacia afuera la punta otros 45°. En definitiva hemos hecho una rotación externa del fémur de la pierna derecha 90° sin perder la alineación con la pierna izquierda. A continuación giramos la pierna izquierda haciendo centro en el talón unos 65- 70º. Seguidamente giramos la pelvis, y con ella el tronco, alineando la cadera izquierda con la derecha. Procuramos alineación entre el segundo dedo del pie, el centro de la rodilla y el centro de la articulación de la cadera en ambas piernas. Si trazáramos una línea desde pie derecho hacía el pie izquierdo, debiera coicidir con el puente de este. Esta posición de las piernas ayuda a encontrar compacticidad en la pelvis y por tanto ayuda a mantener el equilibrio, y favorece mantener activo Mulabhanda.  Durante todo este proceso mantenemos los brazos estirados en cruz y paralelos al suelo.

A continuación juntamos las palmas de las manos en la espalda y presionamos firmemente la una contra la otra. El lado de la mano que contacta con la columna vertebral es el correspondiente al dedo meñique. Mientras mantenemos la presión entre las manos las subimos a lo largo de la columna tanto como nos sea posible para encontrar extensión en la columna dorsal. Abrir el pecho.

Una vez concluido este paso inspiramos para abrir espacio entre las costillas y el abdomen, entonces exhalamos y flexionamos la cadera acercando el tronco lo más posible a la pierna adelantada, que en esta descripción corresponde a la derecha. Este movimiento debe salir de la articulación de la cadera y no, al menos en lo posible, de una flexión de la columna.

El pie adelantado tiende a levantarse del lado interno (inversión) lo cual dificulta la estabilidad de la postura. Es necesario educar muy bien los pies en estas posturas más asequibles ya que a medida que se avanza en la práctica es capital que este tipo de detalles, que a la larga son fundamentales, estén ya integrados. Asanas como Ardhachandrasana o Parivrtta Trikonasana son ejemplo de esto que estamos comentando.

 

Modificaciones:

Si tenemos problemas en las muñecas, o los hombros rígidos, podemos cambiar la posición de los brazos y hacer la asana sujetándonos los codos por detrás de la espalda.

Si es necesario podemos rebajar el nivel de exigencia para los isquiotibiales flexionando las caderas solamente hasta llegar a colocar el tronco paralelo al suelo. Lleváremos las manos sobre unos bloques de yoga. Esta modificación podría ser la primera fase de la asana y después de acomodarla continuar avanzando hacia la pierna adelantada.

Podemos ejecutar la asana de cara a una pared y colocar las manos en la misma, de tal forma que brazos y tronco estén paralelos al suelo. Esto ayudará a introducir el trabajo de extensión de la columna torácica gracias a la flexión de los hombros. Aunque es en cadena cerrada debemos tener cuidado de cuanto peso dejamos colgar sobre los hombros a fin de no sobrecargar la articulación escapulohumeral.

Si estamos lesionados de la columna, o tenemos la tensión sanguínea alta, o estamos por enfermedad o edad demasiado cansados, podemos hacer la asana reposando el cuerpo sobre una mesa. Podemos poner una o varias mantas sobre ella y en el borde para poder apoyar la pelvis (EIAS) en el filo y que el cuerpo esté totalmente reposado sobre ella. Mantenemos el trabajo de piernas y lo aislamos del tronco.
De cuando en cuando, puede ser una buena opción “construir la asana” al revés. Es decir, manteniendo la rodilla de la pierna adelantada flexionada para evitar tensión en el isquiotibial, flexionamos la cadera para colocar el tronco bien largo sobre la pierna. Una vez hecho esto, vemos cuanto podemos extensionar la rodilla sin desvirtuar lo alcanzado con el tronco. Mantenemos esa relación tronco – pelvis – pierna mientras gradualmente nos esforzamos en extender la rodilla.

 

Beneficios:

Calma el cerebro.

Educa a  los pies y los fortalece.

Ayuda al sentido del equilibrio.

Tonifica los riñones.

Flexibiliza la articulación coxofemoral.

Favorece la flexibilidad de cuello, hombros, muñecas y manos.

 

Contraindicaciones:

Hipertensión. Es posible probar mirando en modificaciones.

Problemas de equilibrio. Mirar en modificaciones.

Tensión ocular, máculas, desprendimiento de retina, etc..

Lesión de la columna. Mirar en modificaciones.

Problemas en la rodilla. Flexionarla suavemente para evitar tensión.

 

¡Que tengais una buena práctica!

y que sea de beneficio para todos los seres.

 

 

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