RODAR HACIA ABAJO. En la pared.
Este es uno de los ejercicios que se utilizan como final en el nivel básico del método que Joseph Hubertus Pilates diseñó y al que le puso en nombre de contrología.
Rodar hacia abajo en la pared es un excelente ejercicio que ayuda a relajar hombros y cervicales. Favorece la movilidad articular de la columna y causa el estiramiento de la zona
lumbar y dorsal.
Al estar apoyados en la pared a la partida y a la llegada recibimos, por presión, una información propioceptiva que nos permite sentir como está nuestra columna apoyada y nos facilita tomar conciencia postural en bipedestación.
El hecho de rodar a favor de la gravedad promueve la relajación de la musculatura de la espalda, ya que esta actúa no para provocar el movimiento, ya que este lo hace la gravedad, sino para que la bajada sea sin brusquedades y “suavemente rodada”. Es decir, la flexión del tronco no la hacen los músculos flexores del tronco (y esto tiene ventajas que no es este el momento de mencionarlas) sino la gravedad. Los músculos extensores o erectores de la columna trabajan al rodar hacia abajo en una contracción excéntrica que impide que el tronco caiga de golpe. Esta forma de trabajo ayuda a que estos músculos estén tónicos y elásticos.
FORMA DE EJECUCIÓN
1. Apoyar la espalda en la pared, adelantando los pies, hasta que la
zona lumbar quede también pegada.
2. Cogeremos unas pesas pequeñas, de ½ kilo, por ejemplo (opcional) y
relajaremos los brazos a los costados.
3. Bajamos la cabeza y vertebra a vertebra redondeando la columna hacia delante, dejando el sacro pegado a la pared y el estómago suavemente metido.
4. Con la respiración relajada, haremos 5 círculos con los brazos, en un
sentido y en otro.
5. Redondeamos desde el estómago hacia arriba y volvemos a la
posición inicial, pasando la columna por la pared vertebra a vertebra.
Repetimos tres veces.
Autora del post y modelo : Esther López Abril